martes, 26 de mayo de 2009

EL CISNE QUE NO NADABA


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Hola amigos, permitidme os cuente una fábula la que sin duda pueda servir de ayuda a aquellos quienes como yo trata de vencer los miedos del riesgo para aprovechar las oportunidades que de tarde en tarde nos da la vida:
Mamá y papá cisnes buscaron y buscaron hasta hallar un precioso y tranquilo estanque donde iniciar a sus hijos hasta que éstos se valiesen por sí mismos. Los pequeños avanzaban en sus dotes nadatorias a excepción de uno de ellos que siempre se negaba a permanecer en el agua, esto como es natural tenía muy preocupada a mamá cisne en la creencia que su hijo tenía algún problema físico que le impedía nadar como el resto de sus hermanos, mientras que papá cisne pensaba que era un acto de rebeldía, una forma de llamar la atención y en esta creencia decidió hablar con él y darle un ultimátum:
Mira hijo o nadas por ti sólo como el resto de tus hermanos o dejas de pertenecer a esta familia, no estoy dispuesto a ser el hazmerreir de nuestra especie por tu incapacidad o rebeldía, así que decide ahora.
El pequeño cisne mirando de frente a su padre pero con el mayor de los respetos le dijo a éste:
Papá, no quiero ser la vergüenza de la familia por ello he decidido marcharme, encontrar mi propia ubicación, donde pueda ser YO, algo me dice que mi lugar no está en el agua por ello no nado. Hacerlo sé os complacería pero mi meta en la vida no es complacer a los demás, es sentirme a gusto conmigo mismo y para ello necesito buscar mi lugar y así lo hizo.
Durante años deambuló por diferentes lugares , inmensos campos, corrales que se encontraba en el camino, en las copas de los árboles pero sabía que ninguno de éstos era su lugar para vivir como realmente quería o creía debía vivir. Pero sus fuerzas no desfallecían, estaba seguro que de persistir daría con el lugar adecuado donde formar su propia familia. En uno de sus viajes se encontró con un pollito que no hablaba como los de su especie, ya que en ningún momento emitía el pío, pío que debía ser su lenguaje y ante esta observación decidió preguntarle:
¿Que clase de pájaro eres tú que no sabes piar? a lo que inteligentemente el pollito respondió:
¿Que te hace suponer que no sé piar? claro que sé, pero quiero comunicarme a los demás con otro lenguaje que no por diferente lo que digo es menos importante y si esto responde a tu pregunta, permíteme sea yo quien pregunte ahora ¿ Como un bello cisne como tú, anda en tierra firme cuando tu espacio es el agua?
El cisne quedó pensativo, no por falta de respuesta, sí para hacer entender al pollito que el haber nacido cisne no implicaba ser maleable y hacer lo mismo que los de su especie, por lo que tras unos minutos callado le respondió:
Sé lo que puedo hacer en el agua, quiero descubrir que soy capaz de hacer fuera de ésta a lo que el pollito asintió y le dijo... exactamente igual que yo, sé que piando me oyen pero quiero comprobar si con otro lenguaje me escuchan ¿entiendes la diferencia? La entiendo, tú y yo somos diferentes pero ambos con inquietudes por ello si no tienes objeción me gustaría fuésemos compañeros de viaje hasta que uno de nosotros sepa que llegando al lugar deseado para sí forme su propia familia en el mismo...
Y así con respeto del uno hacia el otro, se hicieron compañeros de viaje; viaje que prosigue pues ninguno de ellos ha cejado en su empeño de encontrar el lugar donde los demás no les consideren diferentes a los de su especie.

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